Tánger, la cosmopolita
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Tánger, la cosmopolita

Tánger, la cosmopolita

En la antigüedad las rocas a ambos lados del Estrecho de Gibraltar llamadas las Columnas de Hércules; eran la frontera del mundo conocida por los europeos. La penetración del continente africano por parte de europeos y europeos por parte de los árabes comenzó con el cruce de esta puerta mediterránea; el punto más estrecho es de 14 km.
Fue esta situación la que determinó la historia de Tánger; la más cosmopolita de todas las ciudades marroquíes. Además de los árabes, la ciudad está  habitada por judíos, españoles, franceses, portugueses, malteses, daneses y rusos.
Situada en una pintoresca ubicación entre el Atlántico y el Mediterráneo, se remonta a la antigüedad. Según la mitología, la ciudad fue fundada por Ante, hijo de Poseidón, dios de los mares. Desde la antigüedad, Tánger ha servido como puerto para los cartagineses y fenicios.

Al principio del siglo veinte  Tánger se convirtió en objeto de deseo de las potencias europeas y después de la colonización de Marruecos por Francia en 1912, la ciudad se convirtió en una especie de ciudad libre, una zona especial de carácter neutro y estatus internacional.

Sin lugar a duda, Tánger es la ciudad marroquí  más conocida, debido al gran número de artistas occidentales que residieron allí en los años cincuenta. Bowles, Beckett, Pasolini, Genet, Burroughs  o Tennessee Williams  supieron  retratar el misterio de esta Antigua ciudad franca.

Hoy en día, Tánger sigue impregnada de aquella época en que los espías, los artistas o los millonarios coincidían en los bares de sus hoteles.

Tánger, es una mezcla de arquitectura árabe contemporánea y monumentos coloniales. Entre los ejemplos más conocidos de arquitectura colonial se encuentra el Grand Hotel Villa de France y el Continental Hotel, es el más antiguo de Tánger,  fue el primer hotel de la ciudad en albergar, entre otros, al primer ministro británico, Winston Churchill, o al príncipe de Edimburgo, Felipe. Este edificio blanco de tres plantas está situado en una calle estrecha de la medina y cuenta con una vista única del puerto, la bahía y una amplia playa de arena dorada.
El Gran Teatro Cervantes, construido en 1911 por el español Antonio Gallego, durante su esplendor, fue una de las representaciones más bellas del estilo Art Déco en Tánger. Con una capacidad de 1.400 asientos, era en ese momento el teatro más importante del norte de África.

Es un auténtico  placer pasear por las callejuelas de La medina, situada en la colina que domina el puerto. Sus calles serpentinas, conducen al centro de distribución de artículos de cuero y que conduce a su vez  a las murallas de la medina, donde se presenta una espléndida vista del puerto de Tánger. En el camino por este último, llegamos a la Plaza zoco chico donde encontraremos  tiendas de artículos de artesanía  tradicional marroquí, como las babuchas, chilabas y artículos de cuero  como mochilas y pufs  sin perder la oportunidad  de visitar uno de los cafés  en la plaza para saborear  un  té a la menta  y  observar  la bulliciosa vida cotidiana y un mejunje de colores y olores.  Un mundo exótico y embriagador a tan sólo un paso de España.

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